Monday, November 23, 2009

Pensando estaba yo...


Cuando yo llegue a Toronto, todo me aterraba, desde los diferentes tipos de baños que encuentras y que tienes que adivinar como funcionan, hasta el tránsito y la ciudad. Todo lo que tenía que aprender era Norte, Sur, Este, Oeste, y los colores de las líneas del Subway que van en diferentes direcciones.
Una vez pasado el sobresalto, me ví en Milano, con un mapa y un espíritu que se devoró El Duomo, despues Venecia, Roma y la mitad de Italia. Y luego otro buen día me encontre en New York, en Quinta Avenida, por primera vez caminando sola, como loca, y regresando a casa con calma y sin asombro. Es una sensación que cuando reparé en ella me colmó el corazón y me dio un orgullo y una cosquillita rara, como de superioridad.
Será que a todo el mundo le pasa lo mismo…

Tuesday, February 17, 2009

De mi no se escribira nada

Cobarde, y supongo que como cobarde “De mí no se escribirá nada".
Ni siquiera cuando por este monstruo que son las comunicaciones, a la persona a quien le llegue este texto o tenga algo que ver con este tema diga de mí que me declaré cobarde. Que mi posición apolítica es también una posición política. Que me rendí y lo grite a cuatro o cinco vientos, cuando la verdad es que: nací rendida.
Nací, en el seno de una familia Revolucionaria, con un padre Marxista Leninista por la circumstancias y la falta de opciones y una madre profe de ruso a quien lo que le fascinaba era el inglés. Mi abuela cosía uniformes para militares, en una época en que se trataba solo de ser o no ser.
No tengo la menor intención de hablar de un pasado que viví pero no entendí, por demasiado joven quizas. Sino de una Yo a la que con 13 años y senos incipientes le brillaban los ojos porque había una manifestación frente a Dios sabe que lugar y todo por el mero hecho de lo que significaba un evento así. Un día completo lejos de casa, de mi familia sobreprotectora y al lado de mis fellows adolescentes, un día completo de libertad genuina, de baile, gozadera y sellitos (cositas metálicas y simpáticas que nadie nunca veía pasar y daban color a la ropa) de gritos y fiesta, sin pensar que no hacíamos más que gastar zapatos, que no estabamos cambiando algo, que en realidad ayudabamos a mantenerlo todo igual. Era mi propia contribución a la petrificación de un sistema, de una Isla y con ella su gente, mi contribución a la "Patria", a la tienda de antigüedades más grande del mundo, donde absolutamente todo está en venta, desde lo más profundo en el alma hasta un Chevrolet del 59.
Sin embargo, mi intención, es declarar que no hago ni haré nada, que si de mí dependiera una guerra, sembraría un campo de banderas blancas. Pretendo hablar de mi adoctrinamiento, de la ausente reacción a las cosas, de mi tranquilidad pensando en todo lo que extraño, de mi tendencia a aferrarme al pasado y sus muñequitos rusos, de mi infancia carente de posesiones, del miedo, aún cuando sé que nada ya puede tocarme, de mi poco merecida libertad que disfruto a diario, de cuánto reconozco que he pecado y de cómo espero que veinte Avemarías me salven. De lo fascinante que encuentro el invierno en mi nueva Patria, de que me sorprendo diciendo: wow! ya todo está inventado, de mis ganas de regresar triunfante por tres días sólo para caminar la Habana a las 8 de la mañana por el malecón y ver la neblina gris y sentir el fresquito que dura sólo hasta que sale su sol imponente y fiero.
Fuera de la Isla, he descubierto el verdadero amor que le tengo a las cosas, como alguien ya había escrito: “Cuando estás fuera de Cuba cualquier cosa que te sepa a Cuba o te recuerde a Cuba te viene bien”.
La palabra "Patria" es algo que siempre me ha confundido, en realidad nunca he sabido su verdadero significado. Por alguna extraña razón que más de uno comprenderá, la asocio con antiimperialismo, con discurso, con todo lo que no me dejan decir, con todo lo que me piden que haga; la asocio con hablar bajito para que los vecinos no escuchen, con asentir con la cabeza y gritar todo lo que no me interesa gritar y que me piden que grite, con ser una compañera destacada o con denunciar con fervor las patrañas de algunos que cuestionan los principios de la Revolución. La asocio con sonreír por delante y maldecir por detrás, con poner por encima de mis intereses personales los intereses de la Revolución, la confundo con la palabra Revolución misma y ahora caigo en la cuenta de que no sabía lo que significaba Revolución y peor, cada concepto que encontré me confundió más todavía. Acción de revolver. Motín, sublevación contra la autoridad, o Transformación profunda que supone una ruptura fundamental con el pasado. Puede ser repentina o rápida, pero con más frecuencia es un proceso largo, Cambio brusco y violento en la estructura social o política de un estado, generalmente de origen popular, o tambien Cambio total y radical, transformación completa.
Ahora mismo me duele profundamente la cabeza, pero ya encontré el adecuado Movimiento de una figura de forma invariable alrededor de un eje. Éste sí concuerda.
Tuve un sueño una vez en el que sólo veía una boca inflando insistentemente un globo rojo y grande de tan finas sus paredes de látex yo podía ver la saliva que se acumulaba dentro, junto al aire tibio y el globo crecía y crecía y yo no rebasaba el miedo a que explotara, pero nada pasaba. Sus paredes rojas se hacían más delgadas y chorreaban por dentro y miles de extraños pero inútiles pensamientos venían a mi mente. De pronto más que la posibilidad de que explotara, me preocupaba que me salpicara la saliva, que a esas alturas debía ya oler a rancio, a viejo, peor si la boca que soplaba había comido pescado o no habría comido absolutamente nada y mi sueño termina y lo veo todo rojo a través del globo, como un filtro. Ya la realidad se me confunde y creo que siempre todo fue rojo, el sonido no llega, el globo no explota nunca y despierto convencida que es mi Patria. Es sólo hoy que sé que Patria Es el lugar al que se siente ligado el ser humano por vínculos afectivos, históricos o jurídicos, o Lugar o país en el que una persona ha nacido o al que se siente vinculada por razones legales, históricas o sentimentales o también, Lugar o comunidad con la que una persona se siente identificada por razones afectivas, o para colmo en la religión cristiana es Cielo.
Como yo, hay otros miles que con el tiempo tuvieron suerte de mantener su posición pasiva y más aún, de dejar la tienda y echar raíces en donde sea, otros a quienes no me atrevo a llamar cobardes pero seguramente reconocerán aquí que su vida no ha sido muy diferente que la mía, así que por transferencia también los declaro cobardes. O a otros como mi amigo Orlando, o mi amigo Amaury o mi amigo Jorge Alberto o mi amigo Ariel o mi tío, que no es mi amigo, ni la persona que más admiro en el mundo y es otro de los pocos que me caben en la mano que se ha atrevido a usar su garganta. Tampoco sé si eso lo hará mejor persona, o si me hará peor persona a mí. Si mi posición pasiva y silenciosa o cobarde, como me empeño en llamarle últimamente, puede ser justificada (ni siquiera perdonada) no sé si más que cobarde llamarme vaga o perezosa o conformista o facilista, lo cual tampoco me asombraría, porque ya fui mi vida entera otro –ista.
La verdad es que hay tantos que ahora mismo están arriesgando todo y quiero creer que es por todas las razones profundas que no he mencionado aquí y que a mí no me movieron aunque sí las reconozco. Yo soy la guajira que le puso bandera blanca al enemigo y de todos modos le quemaron el bohío, la confianza, el sentido de pertenencia. Pero no a aquellos, esos confían en el futuro como otros muchos ya confiaron y fallaron, abogan por una Tienda nueva, que lo único que muestre en venta sea lo material, lo comprable, que quite de sus vidrieras la moral de su gente, el amor entre familias, amigos, vecinos, inclusive el odio entre enemigos. Los que hablan hoy y seguirán hablando desde dentro y fuera de la tienda y trataran de renovar sus paredes irrenovables. Pero sé que de mí nunca se escribirá nada. Yo seguiré pregonándome cubana, pregonando el orgullo que heredé de mis ancestros y luego iré a dormir siempre temerosa de que uno de ellos se aparezca una noche y me jale los pies, por ser poco merecedora, por bajar la cabeza tanto tiempo y ahora volverla al otro lado, por usar mi lengua y mi garganta solo para cantarle nanas a mi hija y el Himno Nacional cubano, un himno que ya no es mío, porque elegí otra Patria.